Por Eleonora Bruzual
En cualquier país donde exista un gobierno medianamente responsable, las alarmas, los correctivos y las sanciones estarían disparadas ante la aterradora proliferación de accidentes aéreos, casi todos con dolorosos saldos mortales.
Pero como les digo ¡En cualquier país con un gobierno medianamente serio!, pero no aquí en Venezuela, donde lo que existe es una banda forajida adueñada del poder. Una banda forajida inepta para todo lo que no sea depredación, usurpación, terrorismo de Estado, nepotismo, abuso del Poder.
Abrimos la semana este pasado lunes con otro terrible accidente aéreo: la caída sobre una casa de vivienda de la zona de Catia La Mar -zona aledaña al aeropuerto internacional de Maiquetía- de una avioneta, en la que viajaban tres personas Mario Donadi, piloto de la nave, Eduardo Ramírez, del Departamento Finanzas de Smartmatic y el accionista Alfredo Anzola también de la tristemente famosa Smarmatic, a quien muchas noticias de prensa relacionadas con el accidente, lo ubican en roles de copiloto.
Cuentan que el ruido fue pavoroso cuando la nave se precipitó contra una vivienda, donde estaba la pequeña Estefanía González de nueve años, su mamá Yesenia González de 30 años y Jenny González también de 30 años, que resultaron muertas. Como todo hecho trágico, el dolor es el primer sentimiento, pero a éste, tendría que seguirlo la ira de todos por un país que se nos está cayendo a pedazos, donde nada funciona, donde no hay controles reales sino las absurdas imposiciones de la montonera gobernante inepta, corrupta, irresponsable…No puede ser que en lo que va del año, sólo en cuatro meses, hayamos presenciado una cifra aterradora de accidentes aéreos, donde quizá el más impactante por su número de víctimas fue el de Santa Bárbara Airlines.
Sólo en los meses transcurridos este año 2008, los accidentes y emergencias aéreas sucedidas en Venezuela, nos presentaban 2 helicópteros y 9 aviones siniestrados. 11 accidentes con un saldo de 65 victimas fatales y ahora, sumémosle, otra avioneta incendiada este pasado lunes 28 de abril con su saldo de víctimas. Varias voces autorizadas han llamado la atención del país y se han dirigido a los que fungen de autoridades nacionales para que investiguen lo que en cualquier lugar sería un verdadero escándalo.
Aquí nada pasa… El Instituto de Aeronáutica Civil (INAC) que es el ente gubernamental responsable –o irresponsable- de la seguridad aeronáutica, más que cualquiera tendría que conocer estas espantosas cifras de accidentes, pero no han realizado acciones correctivas y mucho menos han mostrado investigaciones que nos permitan suponer que cumplen con lo que tiene que ser su razón de ser.
La tarde del lunes, varios jerarcas del régimen se apersonaron en el hospital del litoral donde estaba recluido uno de los heridos, el señor Alfredo Anzola, quien murió horas después del accidente. Hasta el hospital llegaron, no por cumplimiento del deber como funcionarios, sino como amigos vinculados a la víctima.
Ojalá que esta dolorosa nueva tragedia aeronáutica, en vista de que cobró un muerto entre los favorecidos del régimen, sirva para sacudir la irresponsabilidad y mediocridad de quienes están convirtiéndonos a Venezuela en una pobre republiqueta.
En febrero cuando cayó el avión de Santa Bárbara Airlines hubo un cierto revuelo, dos meses después ni se conocen las causas del siniestro ni se habla ya del asunto.
En cuatro meses las cifras de accidentes aeronáuticos hablan por si solas: 12 siniestros aéreos, con más de 70 muertos. Pobre Venezuela donde su gente se acostumbra al horror y lo ve con normalidad…Con seguridad tampoco sucederá nada.
ebruzual@cantv.net
2008/04/29
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